La Comisión identifica las prioridades en infraestructuras hasta el año 2030
La Comisión Europea ha hecho públicos varios estudios en los que analiza las necesidades de futuro de los corredores de la Red Europea de Transporte RTE-T, cifrando en unos 700.000 millones de euros la inversión necesaria estimada para adaptar las infraestructuras al contexto del año 2030.
Bruselas hace hincapié en la finalización de los enlaces transfronterizos, la supresión de “cuellos de botella” y la mejora de la interconexión de modos de transporte, prestando atención específica al refuerzo de la interoperabilidad, especialmente en el caso del tráfico ferroviario.
En este proceso, la Unión Europea considera esencial el uso generalizado de los Sistemas Inteligentes de Transporte (ITS) para optimizar la gestión de la red desde un punto de vista financiero y medioambiental. De todo ello se beneficiarán 94 grandes puertos mediante enlaces viales y ferroviarios, 38 aeropuertos, 15.000 kilómetros de ferrocarril de alta velocidad y 35 pasos transfronterizos en riesgo de colapso.
A lo largo de la próxima primavera se presentarán en el Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión los planes previstos para cada corredor, que servirán de agenda de trabajo para los próximos años y estarán sometidos a la aprobación de los estados miembro directamente implicados en cada uno de ellos.
La Comisaria de Transportes, Violeta Bulc, ha destacado que estos informes comunitarios son pioneros: nunca hasta la fecha se habían estudiado de forma tan global y con una metodología común todas y cada una de las infraestructuras que integran la red intermodal de transporte europea. En palabras de Bulc, “ha llegado el momento de invertir en la Red Transeuropea de Transporte y de maximizar los 315.000 millones de euros previstos por la Comisión hasta 2020, puesto que es esencial para una Unión en busca de más crecimiento, empleo y competitividad”.