Homenaje del sector de la Ingeniería a la memoria de César Sanz-Pastor

El Presidente de Abertis, Salvador Alemany, en el centro de la imagen, y Ángela Sanz-Pastor a su derecha.
El pasado 1 de diciembre, el sector de la Ingeniería rindió homenaje a la memoria de uno de sus más ilustres representantes de las últimas décadas, César Sanz-Pastor, quien pasará a la historia por haber promovido y dirigido las obras de los túneles de Guadarrama.
El acto, organizado por Abertis, contó con la presencia de su Presidente, Salvador Alemany. Alemany entregó una placa conmemorativa a Ángela Sanz-Pastor, hija del homenajeado, y lo calificó como “un pionero del sector al que era de justicia rendirle un homenaje. Desde Abertis, era de justicia que hiciésemos esta mirada al pasado, a nuestro origen, cuando pioneros, con César al frente, pusieron en marcha nuestro sector que, aunque ha tenido luces y sombras, aciertos y errores, es un sector económico potente y de enorme prestigio personal”.
En la ceremonia, celebrada en el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, participaron también Juan Antonio Santamera, Presidente de este órgano colegial, Juan Francisco Lazcano, Presidente de la Asociación Española de la Carretera, y Javier Herrero, Doctor Ingeniero de Caminos y estrecho colaborador de Sanz-Pastor.
Estos dos últimos fueron los encargados de pronunciar un panegírico del homenajeado. “Fue un emprendedor que tuvo la visión de un proyecto y asumió el riesgo de sacarlo adelante”, dijo Lazcano, quien además calificó los túneles de Guadarrama como una obra de “calidad y modernidad» con un importante «eco internacional».
“César era un ejecutivo moderno, viajaba mucho, ofreció sus consejos y puso su experiencia al servicio de muchas obras en todo el mundo”. Lazcano recordó que su buen hacer le reportaría muchas satisfacciones tal y como el propio Sanz-Pastor escribió en el año 1964 en la Revista de Obras Públicas: “Y si algún día estas aspiraciones llegasen a plasmar realidades, acordaos que en algún rincón de España habrá un ingeniero que se alegrará de que ésta haya alcanzado, al fin, la meta deseada”.
Por su parte, Javier Herrero, quien mantuvo una estrecha relación profesional y personal con el ingeniero homenajeado, explicó que “la convivencia con César en el entorno profesional dejaba apreciar una personalidad inteligente y tenaz, con la virtud de saber escuchar y la capacidad de diálogo en todos los niveles”. Destacó la cercanía y el interés con los que seguía todas las obras. “Fue un hombre de empuje, de visión, que sabía trabajar entendiendo a la gente”.
“Sin duda, César Sanz-Pastor es el tipo de ingeniero en el que deben mirarse las generaciones actuales y, desde luego, las futuras, para continuar vertebrando España”, manifestó, por su parte, Juan Antonio Santamera.
Tras la entrega de la placa conmemorativa, Ángela Sanz-Pastor quiso dar las gracias en nombre de toda su familia a todos los que han hecho posible este reconocimiento, y añadió que “hablar de él puede resultar difícil, pero las distancias se salvan cuando su recuerdo permanece en la memoria de los que le quisimos y eso fue, precisamente, lo que él logró, salvar distancias. Crear una nueva forma de viajar”.
“Él me enseñó a ver la vida como un camino, donde con tesón, trabajo, fe y capacidad de superación, las metas que parecen imposibles se logran alcanzar”, concluyó.
El acto finalizó con una emotiva proyección sobre el homenajeado.
Obituario en el diario El País sobre César Sanz-Pastor firmado por Aurelio Martín